Buenos Aires Horas previas a su recital en el legendario estadio Luna Park de la capital de Argentina, a Gilberto Santa Rosa se le nota un poco ansioso, pese a estar acostumbrado a desafíos importantes.

Viene de presentarse en escenarios de Santiago de Chile y Montevideo, Uruguay. Pero Buenos Aires tiene para él un significado muy particular.

“Actué en el Carnegie Hall, en el Radio City de Nueva York, en el Teresa Carreño de Venezuela y en otros importantísimos lugares, pero me faltaba el Luna Park y ante el público argentino que es tan exigente. Sinceramente, fue una emoción muy grande cuando me confirmaron que me presentaba aquí. Es una gran responsabilidad. Espero no fallar”.

Vienes como un gran exponente de la salsa, ¿cuál es el nivel de edades de tu público?

Yo no hago música para edades. Yo hago la música que me gusta hacer. A mí me vienen a ver familias, con gente mayor, pero también con muchachos de 17 años y menos edad, a quienes les encanta escuchar y bailar salsa. A medida que las generaciones cambian, ya hubiera salido del panorama musical hace rato. Y, para no salir de eso, hay que renovarse permanentemente”.

El reguetón y la salsa dan pie para un último análisis: “Yo les tengo mucho respeto a los reguetoneros. Tienen su mérito y siguen evolucionando. Hay público para todos los gustos. Y en Puerto Rico tenemos todo tipo de artistas. Creo que Dios, cuando hizo al mundo y vio esa isla pequeñita en el Caribe, de la que formo parte, debió haber pensado: 'A esta gente la voy a recompensar con talentos musicales'. ¡Y se dio así!”.

De todas formas, Gilberto Santa Rosa tiene la incógnita de saber qué tipo de público es el que irá al Luna Park. Para él, es un mercado nuevo, aunque se le reconoce. “Le debo mucho de los buenos comentarios a dos artistas argentinos que siempre hablan bien de mi, como Miguel del Sel y María Martha Serra Lima”, concluye Gilberto antes de su hora de la verdad en Argentina. gentleman's club